Sinopsis:
Ella siempre
creyó que él era su destino, pero a veces el destino tiene otros planes.
Ever y Damen
han viajado a través de incontables vidas pasadas y luchado contra los más
temibles enemigos sólo para poder al fin estar juntos. Pero el amor eterno
tiene un alto precio: Roman les ha lanzado una poderosa maldición para que no
puedan tocarse. Y, con una simple caricia o un suave roce de labios, Damen
podría hundirse en el inhóspito abismo de las almas perdidas. Desesperada por
salvar Damen, Ever se sumerge en la magia y recibe ayuda de una fuente
inesperada… Jude Knight.
Aunque se
acaban de conocer, Jude —un atractivo chico de ojos verdes con grandes poderes
mágicos y un misterioso pasado— le resulta extrañamente familiar. Ever siempre
pensó que Damen era su alma gemela, pero mientras él se aleja de ella para
protegerla de las tinieblas que habitan en su alma, la relación de Ever y Jude
se hace cada vez más fuerte —y pone a prueba su amor por Damen como nunca
antes.
Mi opinión:
Bueno, ¿qué puedo decir de este libro?
Oh, ya sé. Debería ser quemado en la hoguera.
La verdad es que desde las primeras páginas me comencé a desesperar, porque Ever no le quiere decir a Damen lo que hizo. Que por su culpa no pueden tocarse siquiera, porque se maldijo a sí misma. La verdad es que las primeras páginas no son más que ella echándose la culpa y decidiendo si debe de contarle o no.
Yo sé que sí es culpa de ella por ser tan crédula e idiota, pero tienes que decirle lo que hiciste, porque si no algo va a salir mal. Además, no puedes culparte todo el tiempo, comienzas a irritar a las personas.
Su relación con Sabine (su tía) es un tanto estresante, ya que, como no conoce el secreto de su sobrina, siempre quiere saber qué le sucede, por qué no come, etc. La verdad es que me da lástima que Ever le esconda todo, porque ella se preocupa por la adolescente que tiene a su cargo y cree que todo es su culpa e Ever no hace nada para hacerla sentir mejor.
Una vez que Ever decide decirle a su novio lo que hizo, él comienza a culpar a su karma por todo e insiste en que es porque es egoísta y que quizá no estaban destinados a estar juntos. Entonces quiere dejar a Ever y abandona todas su cosas materiales, incluso las cosas que ha coleccionado durante los años firmadas por gente como Shakespeare. No es culpa del karma. Supéralo.
Ever quiere que Roman le dé la cura para poder estar con su alma gemela, pero sabe que es un juego y a cambio le va a tener que dar algo, y aún así no le importa. Incluso teniendo a Damen diciéndole que no juegue su juego, que pueden resolverlo, ella insiste y va a buscar a Roman a espaldas de su novio y trata de convencerlo múltiples veces. ¿Por qué no sabes escuchar?
Claro está que eventualmente se arrepiente de eso. Oh Ever, Ever Ever. Un día se encuentra a las gemelas que la ayudaron anteriormente, y le dicen que perdieron su magia y no pueden volver a Summerland. Ella, como buena samaritana que es, se las lleva a Damen para que las cuide. Él las acoge como un padre, pues cree que su karma mejorará. Supéralo.
Con las gemelas en casa de Damen quitándoles tiempo a solas, Ever va en busca de trabajo, ya que Sabine quiere que trabaje y se topa con Jude. La primera vez que ella lo ve a los ojos, siente algo en el estómago, pero es tan inteligente que no ha aprendido a hacerle caso a sus instintos.
Pues resulta que Jude e Ever siempre se encuentran, y Damen se pone celoso y cree que por eso no se pueden tocar, porque no está en su destino. La protagonista, obviamente, le dice que está mal y que son almas gemelas y todo ese rollo. El problema es que cada vez que le dice a Damen que no siente nada por Jude, parece que se trata de convencer a ella en lugar de a él, por lo que Damen se aleja, además de que cree que así también la protege.
¿Por qué la protege? Porque acaba de descubrir que si muere iría a Shadowland, donde básicamente estaría condenada a la oscuridad y soledad. Damen, escuha claramente: No lo sabías, deja de culparte y de lloriquear.
Además de todo eso está el egoísmo, y de todos los personajes del libro, Damen es probablemente el menos egoísta. Haven sólo piensa en lo que va a perder y en ella misma. Miles sólo piensa en su viaje y tipos tan buenos como un tren e Ever en que quiere a su novio sólo para sí misma. Juro que hasta pena ajena me dan.
Al final del día, Jude era el único rayo de sol y esperanza de todo el libro. Era amable y le gustaba Ever, pero ella es la persona más ciega y no se da cuenta y no confía en él y yo sólo quiero asesinarla.
Lo peor de todo es que además de la estupidez que Ever comete al final del libro, porque, adivinen qué, es una maldita egoísta igual a Roman, sólo que en mujer, no pasa nada interesante. NADA. No es más que un libro de relleno, completamente innecesario, en el que todos son egoístas y quieren equilibrar su karma.
Y lo peor de todo es que quiero saber cómo termina la historia, aunque es bastante obvio. Simplemente albergo la esperanza de que entren en razón. De hecho, rezo por ello. Y también quiero que Ever y Jude terminen juntos, ya que él es el único decente en esta historia, pero seamos honestos, no va a pasar.
Pero sí, de los primeros tres libros, éste definitivamente debería sufrir una muerte dolorosa. Los otros pueden morir rápidamente, estoy bien con ello. El libro no puedo decir que me decepcionó, porque yo sé que son extremadamente estresantes, pero éste excedió mi límite. No pensé que existiese alguien más exasperante que Lena de Delirium, pero claramente me equivoqué.
Mi puntuación:
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